11/24/2006

Recuerdos Que En Palabras Acompañan, Nos Atrapan...

Hoy es un día especial. También lo será mañana.
Lo será el lunes...
Aún recuerdo aquella fiesta del colegio cuando con mi nuevo modelito y junto a todos mis amigos y compañeros de clase, iba tan contenta de camino a la "Gabana". Sin embargo, en ese momento la ilusión de pensar que iba allí teniendo tan sólo catorce años, no era la más importante, de hecho era la última cosa que se me pasaría por la cabeza en ese momento.
Yo había quedado con alguien más en aquella discoteca.
Allí nos vimos formalmente por primera vez, estoy segura de que también iba de estreno por completo.
De ocho a diez de la noche estuvimos hablando, eran frases sueltas, nada importante pero midiéndolo todo. Ni siquiera fuí capaz de bailar una sola canción. No podía, mis pies estaban anclados a su lado.
Cuando cerraron aquel lugar, todos mis amigos y yo fuimos a "las eses de la Marina" porque cada uno tenia que esperar a sus respectivos padres...(eran las diez y media de la noche xD)
Nosotros dos por fín nos decidimos ir a dar una vuelta (literal) alrededor del parque, nos sentamos en uno de los bancos y comenzamos a hablar de nuestras vidas.

No sé si fueron sus ojos o aquel beso en la mejilla lo que me hizo sentir la persona más feliz del mundo (todavía sigo sintiéndome así) y fundidos en un fuerte abrazo nos despedimos hasta la semana siguiente.
Sin embargo, el juego del amor nos tuvo dos años jugando, el tercero nos unió por completo.

Pero la fuerza del destino nos hizo repetir y aunque el invierno venga frío...

Quiero estar junto a tí.

El estar con una persona no se cuenta en años, sino en la cantidad de cariño y alegría que te ha transitido en cada uno de ellos.
tq...

11/11/2006

Los Postes De La Luz Son Unos Cotillas

Allí está. De pié al lado de la carretera.
El postecito ni siquiera puede hacer mover uno de sus cables para saludar a los conductores a su paso, tiene prohibido desviarse de la cadena que forma con todos sus amigos; y lo único que le está permitido hacer, es comunicarse con sus dos compañeros de al lado y charlar con todos los pajarillos que le visitan y se posan en su tronco para contarle historias de lugares lejanos.
Sin embargo, nadie escucha a esos trocitos de madera.
La gente nunca les presta atención si no es para quejarse de que sus tierras no deben ser pisadas por ellos, o para arreglar algún desperfecto en sus cables cuando una de esas conversaciones entre humanos aparece entrecortada por culpa del pobre poste, que ha sido empujado por el viento y ha caído en el suelo sin poder incorporarse.
En cambio, los postes son unos cotillas.
Les encanta escuchar las conversaciones que cada día llegan a sus oídos.
Entre ellos comentan los amores y desamores que suceden a cualquier hora, las broncas, las llamadas de alegría, de tristeza.
Ellos de todo se enteran. Le sencanta conocer la vida de los humanos que tienen cerca; y a la vez tan lejos. A veces, con impotencia, se resignan al escuchar que alguien traza planes negativos para los demás.
Pero a nadie le importa lo que los altos postes piensen, ellos sólo están ahí para ayudarnos a comunicar.
Ahora, cuando salga del autobus, ni siquiera me acordaré de lo que pensé sobre ellos cinco minutos antes, tampoco volveré a fijarme en ningun poste de la luz cuando pase a su lado en la ciudad, sin embargo, ellos se acordarán y conocerán todo sobre mí, cuando mi voz se transmita por alguno de sus hilillos.