11/24/2007

Papás y Mamás




Sin palabras

11/05/2007

De Psicología...


Había una vez un científico que tenía una ranita como animal de compañía. La ranita saltaba, croaba y hacía caso omiso a su dueño. Sin embargo, el científico quiso adiestrarla para que cada vez que le hablara, ella respondiera con un estímulo.

Por lo tanto, la enseñó a que cada vez que pronunciara la palabra "salta" la ranita saltara.
Y el experimento iba bien. La ranita poco a poco comenzaba a hacer caso a su cuidador, cada vez que se lo ordenaba, ella saltaba.
El científico quiso experimentar y probar otro tipo de reacciones.
Le quitó una patita a la rana.
Entonces le dijo: "salta" y la ranita, a duras penas y con una patita, pudo saltar.
Pero él lo quiso hacer algo más complicado y le quitó la otra patita.
El científico le volvió a ordenar: "salta", pero la ranita no se movió.
Finalmente, el cuidador llegó a una conclusión en su experimento:


Cuando a las ranas le quitas las patas, se vuelven sordas.


10/29/2007

La Pura VERDAD



Hola chicos!
Aquí os dejo un video que he encontrado en youtube gracias a Nacho, y que refleja bastante bien en lo que se convierte todo esto del fotolog y lo que la mayoría de la gente hace en ellos. La persona que lo hizo está claro que no es muy respetuosa y yo, personalmente hubiera eliminado los insultos, pero más calcado, imposible.

Sí, señores, las verdades ofenden :D
saludos!

10/17/2007

Gracias por tu poesía





A veces cuando se gana, se pierde.

Y en esa sensación contradictoria
está la verdadera derrota.

______________Mamen Somar




10/07/2007

CODICIA

Cavando para montar un cerco que separara mi terreno de el de mis vecinos, encontré, enterrado en el jardín, un viejo cofre lleno de monedas de oro.
A mí no me interesó por la riqueza, sino por lo extraño del hallazgo.
Nunca he sido ambicioso, y no me importan demasiado los bienes materiales...
Después de desenterrar el cofre saqué las monedas y las lustré. ¡Estaban tan sucias y herrumbrosas las pobres!
Mientras las apilaba sobre mi mesa ordenadamente, las fui contando...
Contituían una verdadera fortuna.
Sólo por pasar el tiempo empecé a imaginarme la cantidad de cosas que se podían comprar con ellas...
Pensaba lo contento que se pondría un codicioso que topara con semejante tesoro.
Por suerte,
ese no era mi caso...

Hoy ha venido un señor a reclamar las monedas.
Era mi vecino.
Pretendía sostener, el muy miserable, que las monedas las habñia enterrado su abuelo y que, por lo tanto, le pertenecían.
Me fastidió tanto...
que lo maté.

Si no lo hubiera visto tan desesperado por tenerlas, se las hubiera dado, porque si hay algo que a mí no me importa, son las cosas que se compran con dinero...
Pero eso sí, no soporto a las personas codiciosas.

CUenTOS para PEnsar.
Jorge Bucay.

6/18/2007

Tenía que ponerlo aquí....

Gracias a todos por hacer que el corto tirase pa´lante y, sobre todo, al director!! besotes.

2/17/2007

cadena de amor

Se arrastró contra la pared hasta caer sentado en el suelo bajo el portero automático del portal. Con una mano sujetando su cabeza y la otra apoyada en el suelo comenzó a llorar mientras la luz del rellano se apagaba a sus espaldas.


No podía seguir así.


Había pasado toda la noche observándola en aquel bar, sus gestos, sus movimientos al bailar, sus labios cada vez que soltaba una palabra... sin embargo él era incapaz de acercarse. Tenía miedo, miedo a ser rechazado. Miedo de querer y no poder.
No supo cómo empezar una conversación con ella, ya eran muchos meses los que habían pasado sin que aquella chica advirtiera su presencia en ese lugar, pero sus fallos hicieron que otra persona la agarrase de la mano y la llevara corriendo hacia su casa.
Y los dos parecían felices.
Y él les siguió hasta darse cuenta de lo que estaba haciendo. Y volvió a girarse mirando el interior de aquel edificio.

Con los ojos hinchados se incorporó y comenzó a caminar a paso lento por aquella calle infinita y a lo lejos percibió una silueta conocida...

- Claudia, ¿qué haces aquí?
- He estado siguiéndote toda la noche. Y hoy hablaré, necesito que sepas lo que siento por ti.


1/27/2007

de luna...

El viaje cada vez era más insoportable.

El tiempo de fiesta había quedado atrás y ahora sólo quería regresar a casa, o mejor, viajar lejos para dejar de pensar en la persona que vio aquella noche; en sus estudios...

Apenas había conversación dentro de aquel coche ya que el cansancio podía más que las palabras y la tapicería parecía hundir cada uno de sus cuerpos haciendo con ellos figuras de plastilina. Sus pupilas debían de estar hechas de ladrillo, aquel ladrillo que le impedía dirigir la mirada hacia otro lado que no fuera su propio interior y que sólo traspasaba el cristal de la ventanilla...Sin embargo, no quería que salieran las primeras luces del amanecer.

- ¿Qué estás mirando?

- No lo sé, intento encontrar el lugar donde desaparecen los rayos de la luna.

1/16/2007

Olvido...

Cuando por fin se sentía solo dentro de aquella habitación llena de recuerdos, su mirada comenzó a desplazarse hacia la foto del estante superior en la que, con una gran simpatía, Mónica mostraba la mejor de sus sonrisas. El retrato desgastado por el tiempo no era capaz de borrar la luz que transmitían sus ojos y la paz que había dejado atrás.
No quería vivir sin ella. Necesitaba el calor de aquella hermana que dio todo por él.


Despacio, recogió su maleta y emprendió el viaje que le llevaría al olvido.

1/05/2007

La noche de mi tierra

Llena de plata y de azabache en sus rincones, se queja de las pocas visitas que recibe cuando todos regresan a la ciudad. Ella es más bella cuando pocas luces la deslumbran.

Su canto puede escucharse en los campos recién labrados y, poco a poco, se va haciendo más fuerte a la vez que el sol desaparece por el llano horizonte y deja un rastro rojo que le sirve de alimento, maquillaje y abrigo si el día siguiente se presenta frío. El sonido llega a los oídos de sus paisanos que son quienes de verdad la conocen y disfrutan del concierto que representa junto con su amigo el viento, el cual, se acerca a tocar los árboles con sus largas manos para conseguir una melodía suave y única.

Sus ocho horas de vida las suele gastar jugando a evitar la luz de las pequeñas farolas de los pueblecitos cercanos y persiguiendo el agua que el pequeño riachuelo de la comarca arrastra en su cauce, sin embargo, también gasta bromas a los niños más pequeños cuando juegan por las calles y a los jóvenes cuando inventan historias de miedo para no poder dormir.

Llena de calma y guardando su apariencia, se peina sus negros cabellos llenos de luces doradas que brillan con todo su esplendor, se coloca prendedores de luna y horquillas de estrellas fugaces, y aleja a las pequeñas nubes de algodón que juegan con su pelo cada vez que se acaba de duchar.

El miedo de la noche es su soledad, teme que algún día pueda convertirse en una mujer invisible y desaparezca debido a los avances técnicos de los seres humanos con sus potentes edificios llenos de luces y con coches que alteran la paz al lado de los caminos y carreteras cercanos a su casa. Además, la pobre noche también llora cuando algún fiel amigo la abandona por culpa del miedo, del sueño o de las prisas.

Su cama es la pradera, la hierba fresca de los campos, y su almohada las montañas en las que pasea buscando búhos y tejones que adoran su compañía mientras todos duermen. Su mirada es intensa y sus ojos son tan oscuros que puedes notar cada uno de sus sentimientos sólo con permanecer en silencio frente a ella.

Esa es la noche de mi tierra...